La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfrenta un futuro incierto tras la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos de la organización en enero de 2025. Esta medida, que prioriza la reasignación de fondos a programas nacionales y cuestiona la eficacia del multilateralismo en crisis sanitarias, implica una reducción anual de $600 millones en el presupuesto de la OMS.
Esta disminución afectará iniciativas clave como COVAX, el Programa de Emergencias Sanitarias y proyectos relacionados con el cambio climático. Ante este escenario, la OMS busca diversificar sus fuentes de financiamiento y fortalecer alianzas con actores como la Unión Europea, China, alianzas Sur-Sur y el sector privado. Sin embargo, expertos advierten que el sistema de salud global podría fragmentarse en esferas de influencia, debilitando la cooperación internacional en materia sanitaria.