En la ONU, Estados Unidos y Rusia se muestran unidos acerca de Ucrania

Tres años después de la invasión rusa a Ucrania, Estados Unidos y Rusia han adoptado posturas conjuntas en votaciones inéditas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el conflicto ucraniano. Este alineamiento refleja un cambio significativo en la diplomacia estadounidense desde el retorno de Donald Trump a la presidencia.

En la Asamblea General de la ONU, Estados Unidos votó en contra de una resolución presentada por países europeos que exigía la retirada inmediata de las tropas rusas del territorio ucraniano. Inicialmente, la diplomacia estadounidense había preparado un borrador del texto, pero este fue modificado sustancialmente por las naciones europeas para incluir referencias a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia y abogar por una paz justa y duradera, conforme a la Carta de las Naciones Unidas. Además, las enmiendas reafirmaban el apoyo a la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial de Ucrania. La resolución fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Estados Unidos se unió a Rusia, Corea del Norte y otros países al votar en contra, mientras que numerosas naciones europeas respaldaron la medida.

Posteriormente, en el Consejo de Seguridad, Estados Unidos y Rusia votaron a favor de una resolución que no calificaba a Rusia como agresor ni reconocía la integridad territorial de Ucrania. Esta resolución, considerada «neutral», abogaba por el cese inmediato de las hostilidades y la búsqueda de una paz duradera entre Ucrania y Rusia, sin mencionar términos como «guerra» o «invasión». La embajadora interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, describió la votación como «histórica» y afirmó que la resolución «nos pone en el camino hacia la paz». El texto fue aprobado con 10 votos a favor y 5 abstenciones, entre ellas Francia, Reino Unido, Dinamarca, Eslovenia y Grecia.

Este cambio en la postura de Estados Unidos ha generado tensiones con sus aliados tradicionales en Europa. Mientras casi 40 líderes occidentales se reunieron en Kiev para reafirmar su apoyo a Ucrania y abogar por más ayuda material y política sin concesiones hacia Rusia, Estados Unidos se mantuvo ausente y presentó una resolución en la ONU que no condenaba la agresión rusa. Este distanciamiento evidencia una división en el bloque occidental y un deterioro en la tradicional alianza transatlántica.

La nueva política exterior de la administración Trump prioriza la normalización de relaciones con Rusia, incluso a costa de décadas de apoyo incondicional a Ucrania. Este enfoque ha suscitado preocupaciones en Kiev y entre los aliados europeos, quienes temen que la falta de consenso y la fragmentación en la respuesta occidental puedan debilitar la posición de Ucrania en el conflicto y afectar la estabilidad regional.

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