En una votación reciente en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Estados Unidos se unió a Rusia y otros 16 países al votar en contra de una resolución que exigía la retirada inmediata de las fuerzas rusas de Ucrania. La resolución, respaldada por naciones europeas, fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Este resultado refleja una disminución en el apoyo internacional a Ucrania en comparación con votaciones anteriores.
La postura de Estados Unidos marca un cambio significativo en su política exterior bajo la administración del presidente Donald Trump, quien ha priorizado la normalización de relaciones con Rusia. Este cambio ha generado tensiones con aliados europeos y ha suscitado preocupaciones sobre el compromiso de Estados Unidos con la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Además, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y Rusia votaron a favor de una resolución que no condena a Rusia como agresor ni reconoce la integridad territorial de Ucrania. Esta resolución, considerada «neutral», aboga por el cese inmediato de las hostilidades y la búsqueda de una paz duradera entre Ucrania y Rusia, sin mencionar términos como «guerra» o «invasión». La embajadora interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, describió la votación como «histórica» y afirmó que la resolución «nos pone en el camino hacia la paz».
Este alineamiento entre Estados Unidos y Rusia en las votaciones de la ONU ha generado preocupaciones entre los aliados europeos y en Ucrania, quienes temen que la falta de consenso y la fragmentación en la respuesta occidental puedan debilitar la posición de Ucrania en el conflicto y afectar la estabilidad regional.