El gobierno ruso ha dejado claro que no aceptará la presencia de tropas europeas en Ucrania, advirtiendo que cualquier despliegue sería visto como una escalada directa del conflicto. Esta declaración surge en respuesta a recientes especulaciones sobre una posible intervención militar de países europeos para reforzar a Kiev.
Al mismo tiempo, Moscú confirmó que sostendrá una nueva reunión con representantes de Estados Unidos en los próximos días. Según fuentes diplomáticas, el encuentro se centrará en discutir posibles vías para reducir la tensión y evitar una mayor confrontación entre Rusia y Occidente.
A pesar de estos diálogos, el Kremlin mantiene su postura firme sobre Ucrania, insistiendo en que cualquier apoyo militar extranjero solo prolongará la guerra y aumentará los riesgos de una crisis más profunda. Mientras tanto, en Washington, las autoridades han reiterado su compromiso con la seguridad de Ucrania, pero sin confirmar si considerarán el envío de tropas europeas.