En una decisión histórica, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido declarado culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales relacionados con pagos a la exactriz porno Stormy Daniels. Sin embargo, el juez Juan Merchan le otorgó una «liberación incondicional», lo que significa que Trump no enfrentará prisión, multas ni libertad condicional.
Durante la audiencia, Trump insistió en su inocencia y calificó el proceso judicial como una «caza de brujas política». A pesar de su condena, asumirá su segundo mandato presidencial en diez días, convirtiéndose en el primer presidente en funciones con antecedentes penales.
El caso se centró en pagos realizados a Stormy Daniels para silenciar alegaciones de una supuesta relación extramatrimonial antes de las elecciones de 2016. Aunque el jurado encontró a Trump culpable, el juez Merchan determinó que una sentencia más severa podría interferir con las funciones presidenciales, optando por la liberación incondicional.
Esta sentencia ha generado un intenso debate en la opinión pública y en círculos políticos, cuestionando las implicaciones de tener a un presidente en funciones con una condena penal, aunque sin sanciones punitivas.