El año 2024 ha sido registrado como el más caluroso en los Estados Unidos continentales desde que se iniciaron los registros hace 130 años. La temperatura media anual alcanzó los 13.1°C, superando el récord anterior establecido en 2012.
Este incremento térmico ha intensificado la frecuencia y severidad de fenómenos meteorológicos extremos en el país. Durante 2024, Estados Unidos enfrentó una serie de tornados y huracanes destructivos, exacerbados por las elevadas temperaturas.
A nivel global, 2024 también ha sido confirmado como el año más caluroso registrado, con temperaturas que superaron en más de 1.5°C los niveles preindustriales. Este umbral es crítico según el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global para mitigar los efectos adversos del cambio climático.
La comunidad científica atribuye este calentamiento principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, el presidente electo Donald Trump ha expresado escepticismo respecto al cambio climático y ha anunciado planes para expandir la producción de combustibles fósiles, revirtiendo políticas ambientales implementadas por su predecesor, Joe Biden.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y otros organismos internacionales instan a la adopción de medidas urgentes para reducir las emisiones y enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático, con el fin de evitar consecuencias más graves en el futuro.