Las heridas abiertas del caso Sinner: ¿cómo queda la gestión del dopaje en el tenis?

El caso de Jannik Sinner ha generado controversia en el mundo del tenis debido a la suspensión de tres meses que aceptó tras dar positivo por clostebol, un esteroide anabolizante. Sinner argumentó que la sustancia ingresó a su organismo a través de un aerosol cicatrizante utilizado por su fisioterapeuta. Esta suspensión, que no afectará su posición en el ranking ni su calendario de torneos, ha suscitado críticas por la aparente diferencia en el trato comparado con otros casos de dopaje en el deporte.

Por ejemplo, la patinadora española Laura Barquero recibió una sanción de seis años por un positivo por clostebol, lo que ha generado cuestionamientos sobre la consistencia y transparencia en la aplicación de las sanciones antidopaje. Novak Djokovic expresó su frustración al respecto, señalando la falta de consistencia en el tratamiento de los casos y sugiriendo que el estatus de los jugadores podría influir en las decisiones. Este caso pone de relieve la necesidad de una gestión más coherente y transparente del dopaje en el tenis y en el deporte en general.

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