Imagina que un volcán no solo lanza lava ardiente, gases o cenizas, sino también algo mucho más raro: rastros de metales preciosos que vienen directamente desde el núcleo de la Tierra.
Puede sonar a ciencia ficción, pero es justo lo que un grupo de científicos ha empezado a comprobar al estudiar volcanes en Hawái. El hallazgo fue publicado en la prestigiosa revista científica Nature y podría cambiar la forma en la que entendemos el planeta por dentro.
El núcleo y el manto: dos mundos muy diferentes
La Tierra está formada por diferentes capas. En el centro está el núcleo, compuesto principalmente por hierro y metales muy pesados, algunos de ellos valiosos como el rutenio (Ru), que pertenece a un grupo de elementos que también incluye el oro, el platino y el paladio.
Encima del núcleo está el manto, una capa más espesa y caliente donde se forman las rocas que, cuando suben a la superficie, se convierten en lava.
Durante miles de millones de años, los científicos han creído que el núcleo y el manto no se mezclaban. El núcleo quedó encerrado al fondo desde que se formó la Tierra, y nada salía de ahí.
Pero un grupo de investigadores, liderado por Nils Messling y otros colegas, encontró pruebas de que material del núcleo podría estar «filtrándose» hacia el manto… y luego saliendo a la superficie gracias a volcanes como los de Hawái.
¿Cómo puede un volcán traer algo del núcleo?
En pocas palabras: los volcanes que nacen de puntos calientes —como el de Hawái— están conectados con columnas de roca súper caliente llamadas plumas del manto.
Estas plumas nacen en la parte más profunda del manto, justo encima del núcleo, y suben como un chorro de magma. Si por alguna razón esas plumas se «contaminaran» con material del núcleo, entonces lo que expulsa el volcán llevaría esa señal.
Eso fue lo que observaron los científicos al analizar rocas de lava hawaiana: encontraron una composición especial de isótopos de rutenio, que no se parece a la del manto normal de la Tierra, sino más bien a la que se esperaría si viniera del núcleo.
Pero… ¿qué son los isótopos?
Buena pregunta. Los isótopos son como versiones diferentes de un mismo elemento químico. Por ejemplo, el rutenio puede tener más o menos neutrones en su núcleo, y eso cambia su «peso atómico». Algunas combinaciones de isótopos son comunes, otras son raras.
Lo importante es que los científicos pueden usar estos isótopos como «huellas digitales» para saber de dónde viene un material. En este caso, la lava de Hawái tenía una proporción de isótopos de rutenio que coincide con lo que se esperaría del núcleo de la Tierra.
Además, también tenía una proporción especial de isótopos de tungsteno (W), otro metal que ayuda a rastrear el origen profundo de los materiales.
¿Eso significa que hay oro en los volcanes?
No es exactamente que los volcanes estén escupiendo pepitas de oro o lingotes de metales preciosos, pero sí están sacando trazas (cantidades muy pequeñas) de elementos que normalmente solo están en el núcleo.
El rutenio, por ejemplo, es muy raro en el manto, pero muy abundante en el núcleo. Si aparece en la lava, es porque algo lo trajo desde muy abajo.
Y sí: el hecho de que salgan esos metales puede tener implicaciones interesantes en el futuro para la minería, aunque por ahora el hallazgo es más importante desde el punto de vista científico que económico.
¿Por qué este hallazgo es tan importante?
Durante mucho tiempo, los científicos han discutido si realmente hay contacto entre el núcleo y el manto. Es difícil de probar, porque no podemos excavar a 3,000 kilómetros de profundidad. Pero ahora, con estos nuevos datos de isótopos en rocas volcánicas, hay una evidencia fuerte de que algo del núcleo sí está subiendo.
El descubrimiento también ayuda a explicar cómo se formó la Tierra y cómo ha evolucionado desde hace más de 4,500 millones de años. Es como encontrar una pista olvidada sobre nuestro pasado planetario.
¿Y cómo lo descubrieron?
El equipo de investigadores analizó rocas de varios lugares, como Hawái, las Islas Galápagos y la isla La Reunión, en el océano Índico. Midieron con precisión la proporción de diferentes isótopos de rutenio y tungsteno usando instrumentos súper sensibles en laboratorios especializados.
Lo sorprendente fue que solo algunas muestras —especialmente las de Hawái— tenían las huellas de ese material «extraño», lo que sugiere que no todos los volcanes tienen esta conexión con el núcleo, solo los que están sobre ciertos puntos calientes muy profundos.
¿Puede haber más volcanes con este «tesoro» oculto?
Es probable. El estudio sugiere que hay otros volcanes con conexiones profundas, pero todavía no han sido analizados con tanto detalle. Esto abre una nueva línea de investigación: buscar otros volcanes en el mundo que puedan estar trayendo metales del núcleo. Algunos candidatos son los de Islandia, Samoa o incluso algunos del océano Índico.
¿Esto cambia nuestra idea sobre el planeta?
Sí. Hasta ahora, se pensaba que el núcleo era una «caja cerrada» desde hace millones de años. Pero esta investigación indica que el núcleo sigue interactuando con el resto del planeta, y que esos intercambios pueden llegar hasta la superficie. Es como si el corazón de la Tierra aún tuviera algo que decirnos.