Amnistía Internacional ha concluido que el derecho al asilo en la frontera entre Estados Unidos y México es inexistente, en violación de las obligaciones nacionales e internacionales de Estados Unidos en materia de derechos humanos.
En un informe reciente, la organización documenta cómo las políticas implementadas por la administración Trump, junto con la creciente militarización de la frontera por parte del gobierno mexicano, han desmantelado por completo el acceso al asilo. La obligatoriedad de utilizar la aplicación CBP One para solicitar asilo, considerada ilícita, ha dejado a decenas de miles de personas atrapadas en México sin posibilidad de buscar seguridad, incluyendo a menores no acompañados.
Además, la administración ha retirado financiamiento a organizaciones humanitarias clave en la frontera, exacerbando la crisis humanitaria en la región. Amy Fischer, directora de Derechos de las Personas Refugiadas y Migrantes de Amnistía Internacional Estados Unidos, afirmó que la frontera se ha convertido en una zona abiertamente hostil para los derechos humanos, mostrando un desprecio absoluto por la humanidad y dignidad de las personas migrantes.