La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), establecida en 1961, ha sido un pilar en los esfuerzos de ayuda exterior de Estados Unidos, operando en más de 100 países para promover la salud global, la estabilidad y la asistencia humanitaria. Sin embargo, recientemente, la administración del presidente Donald Trump, en colaboración con el empresario Elon Musk, ha decidido desmantelar la agencia. El 3 de febrero de 2025, las oficinas de USAID en Washington fueron cerradas, y los empleados recibieron instrucciones de trabajar desde casa.
Esta decisión ha generado una considerable incertidumbre sobre el futuro de la ayuda humanitaria estadounidense y la gestión de los programas de asistencia internacional. El secretario de Estado, Marco Rubio, ha expresado su intención de colaborar con el Congreso para reestructurar USAID, sugiriendo que algunas de sus funciones podrían ser absorbidas por el Departamento de Estado. Sin embargo, la propuesta de Musk de cerrar la agencia de manera abrupta ha sido recibida con críticas y preocupaciones por parte de legisladores y expertos en política exterior.
La posible desaparición de USAID contradice décadas de política exterior estadounidense que vinculaban la ayuda al desarrollo con la estabilidad global y la seguridad nacional. La agencia financia numerosos programas en más de cien países y representó el 42% de la ayuda humanitaria global en 2023.
Este movimiento se produce en un contexto de tensiones comerciales y geopolíticas, y plantea interrogantes sobre el compromiso de Estados Unidos con la cooperación internacional y el desarrollo global. La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos de la administración estadounidense en relación con la ayuda exterior y la gestión de los programas de asistencia internacional.