La retórica antiinmigrante del presidente electo Donald Trump ha desencadenado una ola de «autodeportaciones» en Estados Unidos, donde migrantes, incluso con estatus legal, eligen abandonar el país por temor a futuras políticas restrictivas.
Michel Bérrios, activista nicaragüense y exlíder estudiantil, decidió dejar EE. UU. días antes de finalizar el año, a pesar de contar con un permiso de permanencia temporal otorgado por la administración Biden. La creciente hostilidad y las promesas de deportaciones masivas por parte de Trump la llevaron a buscar refugio en Irlanda, priorizando su bienestar emocional y seguridad.
Este fenómeno de autodeportación refleja el clima de incertidumbre y miedo que prevalece entre las comunidades migrantes. Las amenazas de políticas que buscan hacer la vida insostenible para los inmigrantes, con el objetivo de que abandonen el país por su cuenta, están teniendo el efecto deseado sin necesidad de medidas gubernamentales directas.
Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes señalan que, aunque las deportaciones masivas aún no se han implementado, el mero discurso y las promesas de mano dura están impulsando a muchos a tomar decisiones drásticas. La ansiedad y el temor a un entorno cada vez más hostil están llevando a migrantes a considerar opciones fuera de Estados Unidos, incluso si ello implica empezar de nuevo en otro país.
La administración entrante ha manifestado su intención de endurecer las políticas migratorias, lo que podría intensificar esta tendencia de autodeportaciones. Mientras tanto, las comunidades migrantes enfrentan dilemas difíciles, sopesando los riesgos de permanecer en un país donde la incertidumbre y la hostilidad parecen ir en aumento.