El presidente Luis Abinader dispuso el retiro de seis generales de las fuerzas armadas y la Policía Nacional en lo que parece ser una nueva fase de reestructuración dentro del aparato de seguridad del país. La medida, anunciada el 5 de marzo, busca continuar con los cambios que el mandatario ha impulsado desde su llegada al poder, orientados a la modernización y transparencia de las instituciones castrenses.
Según fuentes del gobierno, la decisión responde a un proceso de evaluación interna que busca fortalecer la disciplina y mejorar la operatividad de las fuerzas de seguridad. Aunque no se han revelado los nombres de todos los generales afectados, se informó que algunos de ellos tenían décadas de servicio en sus respectivas instituciones.
El retiro de altos mandos en la Policía y las fuerzas armadas ha sido una estrategia recurrente en la administración de Abinader, quien ha apostado por una renovación estructural en busca de mayor eficiencia y reducción de irregularidades dentro de estos cuerpos.
El anuncio ha generado diversas reacciones. Mientras algunos sectores lo ven como una medida necesaria para oxigenar el sistema de seguridad del país, otros advierten que cambios constantes en el alto mando podrían afectar la estabilidad y el mando estratégico dentro de las instituciones militares y policiales.
Este movimiento se produce en un contexto en el que el gobierno ha intensificado los esfuerzos para mejorar la seguridad ciudadana y combatir la criminalidad, incluyendo nuevas políticas de patrullaje y la incorporación de tecnología en la vigilancia. Con este nuevo retiro de generales, se espera que el presidente continúe apostando por una transformación profunda en la estructura de mando de las fuerzas de seguridad dominicanas.